“Hay que cocer a fuego lento el murmullo de un río,
antes hay que elegir bien el río.
Puedes añadir unas gotas de agua
de las que salpica el mar,
antes hay que elegir bien el mar.
Hay que cazar al vuelo hojas secas
(no importa de qué arbol),
arrancar un menchón de su cabello
a una ráfaga de viento.
Mézclalo todo con la sombra de una nube
blanca y solitaria,
con un puñado de la tierra que pisas,
con el perfume robado a una flor del camino.
Dan más sabor las ralladuras de la luna
pero, si no las tienes a mano,
puedes echar el zumo de algún sueño recién exprimido.
Retíralo del fuego cuando empiece a hervir
y déjalo enfriar mientras se pone el sol.
Toma sólo una cucharadita al día,
debe alimentarte durante toda la vida”
Juan Carlos Martín Ramos
(la foto es de la primera libreta de recetas del Tossal)