Las neveras están vacías, lo mejor de volver es que todo es nuevo, ¡así da gusto!.
Días de pedidos, de proveedores y la mayoría de amigos como Eduardo de Bouquet, incansable, testarudo, arriesgado, pasional, como un auténtico adolescente de setenta y tantos.
Ahora también lo tenemos en el barrio, en la calle Alta. Besos Pili.